Según estudios, los seres humanos habitan la tierra hace unos 300.000 años y las civilizaciones humanas se remontan del 4.000 a.C. Mientras que, según el Ministerio de Ambiente, la naturaleza, en su sentido más amplio, es equivalente al mundo natural o universo material. El término hace referencia a los fenómenos del mundo físico, y también a la vida en general. Por lo general no incluye los objetos artificiales ni la intervención humana, y tendrá unos 4.5 billones de años.
Durante la mayor parte de la historia, la humanidad ha vivido de forma sostenible y casi en perfecta armonía con la naturaleza, y este precisamente es uno de los aspectos más importantes de la rearticulación del desarrollo humano. No existe correcto desarrollo sostenible a menos que la humanidad vuelva a conectar y esté en equilibrio y sintonía con la naturaleza. A pesar de lo anterior, a medida que los inventos humanos empezaron a surgir y las revoluciones industriales aceleraron el ritmo, se empezó a controlar la naturaleza para adaptarla al estilo de vida humano. Este hábito fue el gran responsable de la economía lineal en la que nace la cultura de tomar-hacer-disponer, es decir, donde se expropian materias primas para luego procesarlas en un producto que se desecha inmediatamente después de su uso. Esto es un problema inmenso que tiene que ver directamente con los residuos: los seres humanos generaron 2.010 millones de toneladas de desechos sólidos en 2016 y para 2050, que podrían aumentar a 3.400 millones de toneladas, según el Banco Mundial. India es el ejemplo más claro de esta crisis, el país asiático se está convirtiendo en un basurero de proporciones astronómicas. La solución podría estar en nuevas tecnologías y un cambio cultural que reduzca e incluso elimine la necesidad de rellenos.
El modelo de economía circular ha surgido como respuesta a este problema, se ha popularizado en las organizaciones durante la última década. Lo cierto es que el tratamiento de residuos es un tema que nos concierne a todos, al igual que el cambio climático, en la mayoría de países se están realizando métodos para que los desechos tengan el menor impacto posible sobre el ambiente (reciclaje), pero la economía circular va más allá de eso, se trata de obtener un neto de residuos cero en todos los procesos de una organización. Por ejemplo, se cree que la vida útil de ciertos equipos se acorta intencionalmente, por lo que se debe hacer un gasto monetario para reemplazarlos, cosa que es totalmente cierta. El hecho de eliminar la obsolescencia programada es un factor fundamental para esta transición, para hacerlo es necesario evitar comprar o reducir la frecuencia de compra, reutilizar los artículos o componentes, reciclar, canjear o recomprar.
Por otro lado, en los últimos cien años el rápido crecimiento poblacional, la globalización y capitalismo han hecho que se consuma excesivamente los recursos limitados del planeta, esto indudablemente está contribuyendo al cambio climático.
Todo lo anterior requiere una transición urgente, desde todo tipo de ámbitos que comienzan en nuestros hábitos hasta transformaciones macro que tienen que ver con la descarbonanización en las matrices energéticas nacionales.
Por otro lado, en 2010, Hans Rosling presentó una charla en TED sobre cómo la eliminación de la pobreza también está creando la terrible situación ambiental actual. Esto se debe a que aquellos en el puesto más bajo de la pirámide de ingresos también producen el menor impacto, mientras que aquellos sobre la clase media-alta son los que más generan. Hacer subir a la gente en la pirámide de ingresos es un objetivo mundial, pero, también crea una crisis secundaria.
Lo cierto es que necesitamos sacrificar muchas cosas para ser consumidores responsables, pero ¿qué estamos dispuestos a sacrificar? Rosling explica que incluso hasta para el consumidor más ecológico es difícil comprometer completamente su tiempo y comodidad por el bien del planeta. A mediano plazo es más lograble que las personas se deshagan de sus autos, pero solo porque existen opciones como el transporte público o la bicicleta, e incluso aparatos más alterativos como todas las variantes de scooters; pero lo cierto es que no nos alumbraremos con velas ni lavaremos la ropa a mano ni cocinaremos con leña, no haremos estas cosas porque, como señala Rosling, renunciar a eso sería un gran sacrificio, no queremos retroceder, porque una vez se ha probado un mejor estatus es difícil volver atrás.
No es seguro si llegará un momento en el que seamos capaces de hacer grandes sacrificios para mitigar el cambio climático, o si la necesidad de comodidad siempre prevalecerá sobre la lógica. Durante generaciones las personas se han convertido en conformistas, que hicieron y hacen caso omiso a las recomendaciones de cambio climático y tratan la temática como si fuera un asunto que sucederá en años, lo que muchos no entienden es que es real y ya está aquí. Existen evidencias a nuestro alrededor que surgen todos los días, estudios científicos que muestran los impactos de esta problemática que ya estamos viviendo. El cambio climático no es un fenómeno teórico para el futuro, está aquí y ahora, y las consecuencias son inevitables.
Desde todas las disciplinas se busca aplicar la ciencia de manera innovadora para mitigar y adaptar al cambio climático. Es un deber como ingenieros participar activamente en la trata de los impactos del clima variante en el diseño y las operaciones de la infraestructura de los proyectos de cada disciplina en específico. Muchas personas de todo el mundo ya están trabajando en soluciones con ayuda de la tecnología disponible y no disponible, desde edificios sostenibles hasta nuevos diseños para una red de generación distribuida, todas estas tecnologías son parte esencial de las fichas que unidas nos llevarán a una solución.
En términos de demanda de energía, se habla mucho de la electrificación de los sectores de uso final, esto puede ofrecer posibilidades de descarbonización rápida y rentable. Tal y como menciona Elon Musk: “Nuestra misión es acelerar la transición del mundo hacia una energía sostenible a través del incremento de los vehículos eléctricos además de la generación y almacenamiento de la energía renovable”.
Pero todo lo anterior no podría ser posible sin educación. En particular, es necesario hacer esfuerzos para mejorar este aspecto desde todo tipo de áreas, tanto cultural, social, ambiental, económica, para que muchas más personas puedan entender y aportar en la formulación de todo tipo de políticas sostenibles a nivel local y global. En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se hace un énfasis en la idea de un «nosotros» como un todo que requiere cimientos y pilares sostenibles recordando que todo empieza desde el comportamiento individual hasta el comportamiento colectivo en la lucha de este gran problema.
– Daniela Menjura C.






